miércoles, 24 de junio de 2015

Amarillo amenazante



Las robóticas danzas de Macri en Santa Fe están descartadas, al menos por ahora. Tal como prometió, Del Sel partirá al destierro del espectáculo, lugar de donde nunca debió salir. La amenaza amarilla es tan monstruosa que la victoria socialista es celebrada casi como propia. Cuatro años de nada siempre es mejor que un día PRO. No es para menos, si el cambio que proponen significaría desandar el camino de dignidad que hemos transitado estos años. La pureza que portan es pura destrucción. Y esto no proviene de una profunda deconstrucción discursiva: lo dicen sin pudor sus exponentes cada vez que tienen oportunidad. A pesar de que afirman querer el bienestar de la gente, en el ideario que sostienen resulta muy difícil encontrar algo de eso. Por el contrario, el paquete de medidas que aplicaría Macri de alcanzar la presidencia nos llevaría a la ruina como por un tubo.
Contradictorios y desinformados, así son los Pro. Casi nada de lo que afirman está basado en datos. Puro prejuicio. En entrevistas radiales y televisivas, prometen que todo lo que hoy funciona mal, cuando asuman la presidencia andará mucho mejor. Eso sí, nunca presentan fundamentos ni propuestas. Todo está mal porque está Cristina y cuando ella no esté todo será color de rosa. Así de simple. Y si algún periodista les llega a preguntar algo un poco más profundo, titubean, trastabillan, resbalan hasta caer en un profundo pozo de incoherencias.
Desde hace un tiempo, el eje de la campaña electoral por la presidencia se basa en una contraposición de modelos. Desde el FPV, el ahora único precandidato Daniel Scioli afirma la existencia de dos proyectos de país, uno inclusivo y otro no. Mauricio Macri y sus candidatos pregonan ser portadores de un cambio, aunque nunca especifican qué es lo que van a cambiar. O sí, pero hay que rascar un poco para alcanzar el hueso. Muchas veces, el Alcalde Amarillo ha afirmado que apenas asuma bajarán los impuestos, subsidios y retenciones, que liberará el dólar y que las inversiones extranjeras nos caerán como maná en el desierto. De más está decir que con estas medidas, conocidas en otros momentos de nuestra historia, se benefician los pocos que más tienen y no la mayoría.
Además, estas herramientas tan drásticas suelen sugerirse desde la economía más ortodoxa cuando se avecina una crisis provocada por los mismos que las sugieren. Entre ese menú, muchas veces ha aparecido una baja en los salarios de manera injustificable. ¿A quién favorecen estas recetas? Si ya nos imaginamos que, de bajar los sueldos, el consumo decrece, los negocios venden menos, cae la producción y la demanda laboral, se producen despidos y entramos en una espiral descendente que nos lleva a la ruina. Y si encima se reduce la recaudación, el Estado no puede hacer frente a la crisis que eso puede provocar y debe endeudarse para reactivar lo que antes funcionaba más o menos bien. Estas propuestas, ¿conforman una mirada ideológica diferente para llegar al bienestar de la población o encierran la oscura intención de hacernos padecer lo indecible?
La intención destructiva
Para corroborar esto, sólo basta tomar un caso porque con todos los demás se llega a la misma conclusión. En estos días, la compañera de fórmula de Mauricio Macri, Gabriela Michetti, desplegó, una vez más, su inconsistencia argumental e informativa durante una entrevista radial. Encima, en un tema crucial como el de los fondos buitre. La piedad de los periodistas merece un premio. El año pasado, cuando la negativa de la Corte Suprema Imperial a tratar el fallo de Griesa sacudió la agenda local, resultaba razonable escuchar opiniones endebles. Entonces, hasta era esperable escuchar argumentos favorables al acatamiento del fallo, más aun considerando que el monto no era muy elevado. Claro, la mayoría recién se enteraba del asunto. A poco de andar el tiempo, descubrimos la mañosa interpretación de la cláusula pari pasu pergeñada por el octogenario juez en connivencia con los litigantes y el peligro de la Rufo, que nos hubiera condenado para siempre.
Ahora que se comprueba la trampa, ahora que se descubre que Paul Singer está en todos los lados posibles del mostrador –como bonista, litigante y me too-, ahora que reclaman mucho más que antes, sostener la misma postura que un año atrás puede considerarse como algo más que una mirada diferente o mero desconocimiento. Lo primero atañe a la disputa política y lo segundo sería algo muy grave para alguien que aspira a la vice presidencia. Pero los dichos de Michetti no son ni lo uno ni lo otro, sino algo peor.
Para la senadora macrista, Argentina debe acatar el fallo de Griesa, aunque sea injusto y peligroso para nuestro futuro. Lo increíble es que está “de acuerdo con batallar con el problema de los fondos buitres a nivel internacional y cambiar las normas que tiene el sistema internacional en relación con estos temas que les hacen mucho daño a los países”. No sólo eso, porque agrega que “del otro lado tenés una cosa horrible, espantosa, que es una injusticia enorme del sistema financiero internacional que no está resuelta”. Pero además, para enloquecer a sus votantes, considera que “la Argentina tiene que ser una de las abanderadas dentro de las naciones del mundo frente a ese problema”. Y si no basta con esto para entorpecer el entendimiento presenta el núcleo casi moral de su pensamiento: “el problema es que una vez que tuviste el fallo, fuiste vos el que también tuvo la culpa de llegar a ese lugar de no saber negociar bien”.
Lo mejor para comprender el eje de su argumento es abordar una síntesis: a pesar de lo injusto del fallo, Argentina debe pagar todo lo que piden los fondos buitre, aunque eso signifique no sólo malgastar más de la mitad de nuestras reservas sino traicionar a los bonistas que aceptaron el canje y tentarlos a litigar; aunque tenemos razón, debemos someternos a los caprichos carroñeros y la prepotencia imperial; aunque la posición del Gobierno Nacional convenció a casi todos los países a combatir contra los buitres, nosotros debemos claudicar ante sus chillidos.
¿Qué significa todo esto? ¿Estamos ante una mirada distinta que debe respetarse o algo que merece el desprecio? ¿Creerá la senadora y candidata a vice presidenta que todo esto puede resultar beneficioso para el país? ¿O hay otra cosa que se esconde detrás de sus palabras? En efecto, lo que parece decir la tierna Gabriela Michetti es que nuestro país debe padecer muchas décadas de penurias –expiar una culpa- por haber elegido al kirchnerismo. Porque lo que prometen los candidatos PRO sólo es el ajuste necesario para satisfacer esas demandas perniciosas. Todo lo que harán los amarillos será castigarnos por haber desafiado al establishment. No hay nada de bondad ni patriotismo en la posición de Michetti y todos los que piensan como ella. No es sólo una mirada diferente sobre los problemas del país, sino la intención de someternos a la peor de las sangrías. Y eso, desde ningún punto de vista debe ser respetado porque, además de los perjuicios, se aproxima demasiado a la traición a la Patria.

2 comentarios:

  1. Michetti es una verdadera bestia. El nivel de deinformación que tiene es total y sólo equiparable al de Mugricio. Repite las estupideces de LaRata como si las cadenas nacionales de Cristina y Kiciloff nunca hubiesen sucedido. Dice que debemos ser abanderados en una lucha que sólo se dio gracias a nosotros y que ya ganamos. La derecha MATA.

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  2. El100% d los PRO está posicionado en dólares,cosa muy conveniente para quienes buscan1brusca devaluación.No logra mi cabeza comprender a los votantes d estos energúmenos...tampoco a mis vecinos q votaron x el "cómico".Por suerte,gran parte decidió q no era el tiempo d la "destrucción d Santa Fe" y lo envíamos a su patético papel teatral.Igual hay q estar atento xq "los patricios"están al acecho,aunque la posibilidad del "golpe fusilero"ya no la tienen,( no hay+conscriptos!)=usarán todas las maniobras sucias q les permite el "dinero".Pero q tengan "cuidado"..... hay una parte muy importante d la ciudadanía dispuesta a no retroceder....Los estaremos esperando!

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