miércoles, 13 de agosto de 2014

Una campaña prematura… y de nalgas



Más de un año queda para las elecciones primarias y algunos candidatos se zambulleron en la campaña como si faltaran apenas unos días. ¿No encuentran nada más importante que hacer? ¿Tanto apuro tienen por sacarse de encima al kirchnerismo? Aunque también algunos candidatos oficialistas están haciendo actos, los Otros empezaron primero. Ni bien terminaron de contar los votos de las legislativas, Massa y Macri arrancaron con sus fantasías sobre la presidencia. Y Scioli no podía quedarse atrás. Y el resto, menos que menos. Entonces, ya están propalando lemas, banderas, afiches, jingles y amenazas de visitas domiciliarias. No olvidemos que estas cosas cuestan dinero y de algún lado sale. No sea cosa que los personajes sombríos que siempre asechan apuesten sus fichas más gordas a un par de candidatos dispuestos a restaurar sus privilegios.
Mientras tanto y para preparar una escena caótica acorde con el panorama electoral, algunas empresas apelan a las tradicionales medidas de suspensión y despido de trabajadores, con el argumento de que todo está muy mal. En estos días, el titular de la UIA, Héctor Méndez, suplicó por una devaluación de la moneda, más allá de los perjuicios que eso puede traer en el mercado interno. Y de paso, elevó su protesta por el debate parlamentario de la Ley de Regulación de las Relaciones de Producción y Consumo. Para el empresario del plástico, esta iniciativa “es peligrosa, puede afectar muy negativamente la inversión y el empleo”. En realidad, lo que amenaza la inversión y el empleo es la angurria de muchos de los exponentes de este sector, que sólo buscan multiplicar sus ganancias para acumularlas debajo del colchón.
Y para muestra, un botón: un grupo de empresarios propone comprar los bonos en default en manos de los buitres, no como un gesto patriótico para terminar con una amenaza, sino para convertirse en un nuevo factor de presión. En enero, cuando la cláusula RUFO llegue a su fin, podrán reclamar al Gobierno los 1500 millones de dólares dilapidados más alguna tajada que obtengan de la operación. Si en estos años hubo dificultades en el crecimiento de la economía, ha sido más por la avaricia de los principales actores que por factores estructurales. Si tienen esa suma, que la inviertan ahora en lugar de especular con el incremento de los precios, la cotización del dólar y la búsqueda de un nefasto protagonismo en los titulares.
Un revuelo entre los propios
La Ola Naranja no es la promoción de una tarjeta de crédito, sino el movimiento que impulsa la candidatura presidencial de Daniel Scioli. “Por todo lo que me ha ocurrido en la vida –explicó el ex motonauta- siento que Dios me preparó para ser presidente”. En verdad, si Dios existe, debería destinar su eternidad a cosas más trascendentes que entrenar a Scioli para que sea presidente de Argentina, salvo que eso forme parte de un plan que desconocemos. El momento más encendido de los 22 minutos que ocupó su discurso ante una multitud que simulaba efervescencia, fue cuando llamó a “tener cuidado y estar atentos frente a quienes proponen soluciones y quieren cambiar todo”. Después habló de compromiso y lealtad con la tibieza de siempre. Así y todo, disputa con honores la predilección en las encuestas, más en los ajenos que en los propios.
En otro tiempo y lugar, el vicegobernador de Buenos Aires, Gabriel Mariotto, se mostró más inflamado como uno de los oradores del acto que, en conmemoración del Día Internacional de la Juventud, organizaron algunas agrupaciones kirchneristas en el Luna Park. “La deuda externa no la asumió un gobierno peronista –exclamó el dirigente- Los gobiernos peronistas son los que arreglan los problemas que dejan los gobiernos cipayos”. Como el lema del encuentro era Patria o Buitres, el conflicto con los especuladores del Norte y la defensa de la soberanía fueron los ejes principales de los expositores.
Hebe de Bonafini también se animó al micrófono, aunque no está tan acostumbrada a actos así. Su aparición fue muy aplaudida, sobre todo por su apoyo al gobierno de CFK y los elogios dirigidos a Axel Kicillof. Pero quien resultó más ovacionado por sus contundentes conceptos fue el diputado Andrés Larroque. “Este acto se llama ‘Patria o buitres’ –recordó El Cuervo- pero también podría haberse llamado ‘Patria o Clarín’”. Después de aclarar que de la conciencia surgen las convicciones, Larroque destacó que el desafío ahora es cultural, no electoral, es mucho más profundo y hay muchas más cosas que discutir”.
Como siempre, quien no ha sido invitado a la fiesta es el que más la desdeña. Por eso, el diputado Martín Insaurralde cuestionó hasta el lema del acto, porque no le gusta “todo lo que sea dividir”. Como si fuera posible convivir con los carroñeros, destacó que le “gusta buscar los consensos, buscar los acuerdos, dentro de las diferencias que tenemos todos, buscar las coincidencias”. Una conmovedora frase que puede resultar promisoria entre iguales, pero sumamente peligrosa cuando existe la amenaza de picotazos voraces. A ver si la entienden de una vez los tibios que aseguran apoyar este proyecto: no existe consenso ni acuerdo posible con los que buscan estafarnos ni con los que ansían succionar nuestras riquezas. Pero no hay que pedir peras al olmo, como decían los abuelos, ni carrozas a los zapallos. Que se ocupe de su farandulera boda y que vaya practicando alguna danza provocadora por si Tinelli lo convoca para el baile del caño, mientras la mayoría busca garantizar la continuidad de este proyecto.
Ya que los candidatos han salido al ruedo con bastante anticipación, tenemos tiempo más que suficiente para escuchar con atención lo que proponen. Y también de exigirles que sean más concretos en sus programas, para que no intenten engañarnos con eslóganes y frases de pósters; para que no exploten el embeleso que produce la promesa del paraíso sin pasar por enojos ni conflictos, todos en una mágica armonía; para que no reproduzcan los deseos y estrategias destituyentes de los grupos de poder en los discursos dirigidos a los ciudadanos. En definitiva, que sean candidatos a representantes y no postulantes a voceros, que piensen en todos y no en los pocos, que diseñen un futuro luminoso y no que restauren un pasado oscuro. Que contribuyan a la construcción de un sueño y no que operen para provocar una nueva pesadilla. Ellos empezaron temprano, ahora que no se quejen.

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