sábado, 19 de abril de 2014

Más provocaciones para archivar


La nueva tapa de la revista Noticias parece desafiar la paciencia de la mayoría. Cristina crucificada y la leyenda “Vía crisis”, como una provocación más del pasquín opositor. Una nota plagada de mentiras y sandeces completa la edición para seguir alimentando los prejuicios de sus lectores. Mentiras que se desmienten en el mismo texto, lleno de supuestos y fuentes inexistentes. Como si el autor fuese una mosca capaz de inmiscuirse en lugares recónditos para recoger los testimonios más secretos. Pero, ya lo sabemos, esos volátiles y molestos insectos nunca se han mostrado preocupados por los asuntos políticos porque disfrutan más sobrevolando el estiércol. Y esta mosca-periodista no es la excepción. Como muchos otros que, no sólo gozan con los hedores de ese material de desecho, sino también lo producen en abundancia y lo convierten en textos. Desechos periodísticos que encuentran cualquier tema de inspiración, hasta una de las imágenes más sagradas que tiene una parte considerable de la sociedad. Y seguirán así porque de esta manera consiguen un modesto éxito. Eso sí, cada vez más reducido. Mientras Cristina y su equipo destinan ingenio para consolidar este proyecto en la recta final de este mandato, los siervos del establishment no saben hacia dónde disparar sus envenenados dardos.
Según el libelo publicado por Noticias, “el peronismo la deja sola y le promete un calvario hasta el fin de su mandato. La Cámpora: su ‘iglesia’ fuera del poder”.  Mucha estrechez de miras hay en esta alucinada línea. La soledad, el suplicio, el final, presentados más como expresión de deseos que como una lectura certera de los hechos. Que algunos exponentes del peronismo hayan huido del kirchnerismo habla más de especulación politiquera que de honestidad intelectual. Si la foto que miran es el imán en que se ha transformado el massismo, están considerando que los eternos saltimbanquis tienen en claro el país que quieren construir. Sin intenciones de apelar al peronómetro, quienes se sienten tentados de sumarse al ex intendente de Tigre ya han abandonado el ideal de un país para todos. Y, en ese sentido, que se hayan fugado hacia la propuesta política del Poder Fáctico es sumamente alentador.
Otro tanto ocurre con la agrupación La Cámpora que, desde sus inicios, se ha convertido en blanco de las más absurdas demonizaciones. Violentos, trepadores, aduladores, imberbes, fascistas. Todo se ha dicho de ellos, lo que induce a pensar que no deben ser tan malos. “Hay una estrategia permanente por estigmatizarlos –consideró el Jefe de Gabinete, Jorge Capitanich- pero son jóvenes con un idealismo extraordinario, con una formación política muy sólida, con una capacitación técnica adecuada para dirigir y conducir los destinos del país”. Quizá esta respuesta del funcionario sea una exageración para contrarrestar tantos improperios. Lo seguro es que muchos de los integrantes de La Cámpora están demostrando su capacidad de gestión y su compromiso con la transformación del país. Pero no es la única agrupación que abreva en el kirchnerismo. Un colectivo militante se apresta para continuar este sendero. Eso es lo que asusta en serio a los cancerberos de los patricios.
Y para no destinar más espacio a tamaña escoria periodística, una última frase para desmontar. “Desde que ganó con el 54 por ciento de los votos en octubre del 2011, paradójicamente, cayó en picada”, fantasea el texto del folleto opositor de Fontevecchia. Lo más interesante de esta afirmación es el adverbio ‘paradójicamente’. Si todos los medios hegemónicos y demás aliados de los poderosos afirman a cada rato que el gobierno de Cristina es un desastre, ¿por qué considera la caída de su imagen como una paradoja? Algo no cierra. O será que la paradoja está en que, a pesar de los logros que esta gestión acumula, hay una disminución del fervor que supo despertar. ¿Cuál será el contrasentido que encuentra el autor de ese mamarracho textual? ¿Que con tan poco ingenio mediático hayan logrado construir una oposición cacerolera a la década más luminosa de la historia reciente? ¿Que hayan conseguido enloquecer a un público cautivo explotando sus prejuicios con esos esperpentos que llaman noticias?
¿O no será que la paradoja está en que, a pesar de los esfuerzos desplegados para horadar la legitimidad de CFK, deben seguir mintiendo para sostener el espantoso panorama que pretenden esbozar? Porque si hay una disminución de la adhesión al kirchnerismo, los principales sondeos de opinión consideran que no es tan alarmante. Por el contrario, es lo más lógico que puede ocurrir cuando un mandatario atraviesa la mitad de su segundo período. Lo paradójico es la obscenidad a la que apelan las plumas opositoras para seguir denostando un proyecto que ellos consideran en retirada. ¿Para qué ensuciarse tanto si creen estar cerca del triunfo? ¿O será que, por el contrario, les queda cada vez más lejos?

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